Día 4: Milan - Monza - "Capuchino" - Milan.
Dificil de superar. Muy difícil. Hemos descubirto la panacea de Monza, o sea, como disfrutar de un circuito a tope. Para empezar, tribuna central. Siempre tribuna central. ¿Por qué?. Por el espectáculo de enfrente. Pasa de todo y faltan ojos. Ahí queda colgado un breve ejemplo. Pero hay mucho más. Hemos visto la previa, la carrera y el podium, con todo lujo de detalles. Pero lo mejor ha sido buscar el sitio de entrada y salida de pilotos y managers. Nos hemos fotografiado con Gené, Rosberg. Le hemos metido las cámaras a Heidfield y Fisichella en la cara. Y el chófer que llevaba a Alonso se ha llevado un objetivo Hitachi grabado en el cristal de su Mercedes 500. Y para acabar, le hemos indicado a Ron Dennis donde estaba la pista de helicópteros. Y todo esto, como siempre, es una milésima parte de lo vivido, porque describirlo en un párrafo con cinco fotos de las cuatrocientas hechas no se asemeja en nada a la realidad del día de hoy.
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